¿Confías en la Inteligencia Artificial?

La Inteligencia Artificial (IA) es una herramienta poderosa que nos brinda innumerables ventajas, pero también suscita preocupaciones y dudas en cuanto a su fiabilidad y ética.

Desde decisiones médicas cruciales hasta evaluaciones financieras y laborales, la IA está cada vez más presente en nuestras vidas, Por ejemplo, a la hora de decidir si eres candidato para recibir un tratamiento médico que podría salvar tu vida, concederte un préstamo para comprar una vivienda, seleccionarte para un puesto de trabajo, o decidir si frenar tu vehículo ante el riesgo de atropellar a peatones o salvarte como conductor.

Inteligencia Artificial

¿Podemos confiar plenamente en ella?

Pero ¿podemos confiar plenamente en ella?¿Son justas las decisiones que toma la IA? ¿Obra siempre de forma autónoma? ¿Cómo resuelve dilemas morales? ¿Respeta los derechos y las leyes? ¿Acatan estas decisiones los principios éticos? ¿Puede la IA causar daños? ¿Quién es responsable de las decisiones y actos de la IA?

Básicamente, se trata de un tema de confianza, de que la IA sea CONFIABLE para nosotros, ya que de lo contrario no la vamos a usar y mucho menos pagar por ella. Los creadores y negocios que utilicen IA deben comprender que necesitan generar esa confianza para que la implantación de IA en su negocio sea exitosa y aceptada por el público, o de lo contrario, perderán frente a la competencia.

Generar confianza

Para generar la confianza necesaria en la IA, es fundamental adoptar ciertas prácticas:

  • Transparencia y Comunicación: Significa compartir con los usuarios cómo está diseñada la IA, cómo funciona, cómo toma sus decisiones, asumiendo la responsabilidad de las mismas, y hacerlo en un lenguaje comprensible para todos.
  • Toda Inteligencia Artificial debe ser Sostenible, Inclusiva y Centrada en las Personas.
    • Sostenible: Comprender las capacidades de la IA y los KPI (indicadores clave de rendimiento) relacionados con el éxito de la IA, conocer los resultados esperados y el gasto asociado.
    • Inclusiva: La IA toma decisiones, y estas deben respetar los derechos y regulaciones DEI (Diversidad, Igualdad e Inclusión), prevenir decisiones injustas y discriminatorias incluso con violación de derechos humanos.
    • Centrada en las Personas: Se trata de que no represente riesgos para las personas. Es crítico que cumpla con la ley, incluyendo normativas de Datos Personales o de Derechos de Autor.
  • Ciberseguridad: En el desarrollo y uso de la IA hay que implementar medidas sólidas de seguridad para proteger la privacidad y la integridad de la información para no comprometer datos personales ni violar la propiedad intelectual, entre otros aspectos.
  • Monitorización por expertos: La IA es una tecnología dinámica que evoluciona día a día con datos y algoritmos, por lo que es necesario controlarla constantemente con conocimientos actualizados durante todo su ciclo de vida.

Solo de esta manera conseguiremos generar la confianza suficiente en la IA para que sea aceptada y empleada por los usuarios, ya que, en definitiva, se trata de una tecnología que nació en beneficio de las personas, y por tanto, el enfoque en el ser humano no debe perderse.